lunes, 11 de enero de 2010

Psiconáutica Floripondio: episodio final















Ultimo episodio de mi primera experiencia con Floripondio (Brugmansia Arbórea)
Aqui esta el primer capítulo
Aquí el segundo
y aquí el tercero



Entre las 8 de la mañana y 5 o 6 de la tarde.


MI CASA. LA GENTE. LA VIDA


Llego a mi casa.
Busco. Busco la llave que había escondido entre la tierra.
Tierra, mucha tierra. Busco, busco, busco, encuentro.
Abro.
Duermo


Corte

Me despierto.
Qué noche! Si están todos aquí todavía. Todos mis amigos. Un montón en el living de mi casa. Hablando, riendo.
Me quiero ir a duchar.
Escucho a todos hablando. Me empiezo a duchar y me pregunto “que hacen todos aquí?”
Me asomo al living desde el baño y… no había nadie.
-Ah, el floripondio. Todavía estoy colocado. No me acordaba.


Corte

Me sigo duchando, el grifo de la ducha comienza a ser mi amigo Emi, que habla aquí y en el living. Dos Emis.
Su cara desaparece del grifo y comienza a reconstruirse en la toalla colgada en la pared (la toalla es su pelo) Sigo hablando, o escuchando; es él el que habla.
Hablan todos en el living, me asomo y no hay nadie.
-Ah, el floripondio!

Semi corte


Me miro en el espejo.
Tengo algo en los ojos. Como si fuera una araña multicolor. Me doy cuenta que todo está lleno de esas arañitas multicolores. La cama, la mesa, los muebles.
Intento sacármelas del ojo. Podría dado que están como flotando sobre la superficie de la pupila. Intento pero toco la pupila y me hago daño. Intento.
Intento.
Dos, tres horas (realmente).

En el otro ojo también tengo!
(Nota de aclaración: En realidad las arañitas multicolores eran los brillos de la luz que se veían muy grandes por la dilatación de mis pupilas gigantescas de atropina. Esto yo no lo sabía)

Debo ir al hospital a que me saquen estos bichos de los ojos.

Voy (realmente) al hospital. Voy a la guardia y espero en la sala de espera. Hay un policía pero no me preocupa. Realmente no relacionaba las arañitas con el floripondio.
Viene un doctor, le digo que tengo ladillas (piojos) en las pestañas.
Me mira con una luz. Me dice que no tengo nada. Le pregunto si está seguro. Me dice que sí. No le creo.

Salgo del hospital.


Fin




Comentario

De a poco fui saliendo del colocón. La última idea de las arañitas era lo que suele denominarse en psiquiatría una “idea delirante”. No estaba alucinando sino interpretando “delirantemente” un estímulo físico real.
Tuve el efecto de midriasis (dilatación anormal de las pupilas, anormal si no tomas floripondio, claro) hasta el otro día y de a poco fui volviendo a mi normalidad.
La marihuana no me colocó hasta 72 horas de la ingestión del floripondio y puede usarse para señalar el fin del colocón.
Agradezco haber pasado por la experiencia; en los dos sentidos: de que ya pasó y de haberla vivido y conocerla. El floripondio no me enseño nada de mí, de mis emociones o pensamientos. Sencillamente me mostró que hay infinitas- n - dimensiones superpuestas entre sí. Y que nosotros no vivimos en una sino que componemos una con mucho esfuerzo y poco éxito.

El floripondio me enseñó que es la llave infinita de los universos superpuestos.



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2 comentarios:

Anónimo dijo...

Prueba DMT! :D

Hur dijo...

hola!
mil gracias por compartir esta vivencia.
se me ha hecho tan hermosa y misteriosa! es el tipo de cuestiones que me interesan.
me parece que la flor si mostro algo de ti, un alma bella que refleja en el exterior su propio resplandor.

por lo que veo hay mas experiencias de otras plantas, eso me gusta mucho! las ire revisando una a una para conocer mas de este mundo invisible.

saludos y porfavor platica mas de estos temas.

saludos desde aca!