lunes, 26 de mayo de 2008

Psiconautica 4 Diazepam


Diazepam

Vía: Intramuscular

Dosis: desconocida (supongo dosis media)

Contexto: Hospital, espasmos musculares dolorosos.


Estoy en el hospital, sufro una terrible contractura con espasmos musculares increíblemente dolorosos en la zona del cuello.

El dolor me inmoviliza, lloro de impotencia. Estoy acorralado por el dolor.

Una enfermera (no recuerdo nada más de ella) se acerca y me administra una dosis intramuscular de diazepam.

Nunca esperé tanto un pinchazo.

En la medida que el diazepam penetra en mi circulación el dolor se atenúa transformándose gradualmente en un gran placer.

Las endorfinas vienen en mi rescate. Una ola de alivio y placer inunda mis tejidos, todos mis músculos tensos se relajan.

El mundo esta lejos. Cada vez más lejos. A una dimensión de distancia.

Todo lo externo se aleja suave y progresivamente, solo queda un núcleo indefinido, una dispersión de placer cobre la cual toda sensibilidad se corporiza.

Estoy feliz. Aliviado de mi terrible dolor que ya es un recuerdo lejano.

Pasan 10 minutos y dicen que me levante, que tengo que irme. La exploración de esta sensualidad no es relevante desde un punto de vista médico. Sólo les importa la queja llorosa del dolor en su mecánica de alivio. Les digo que no, que me dejen 5 minutos mas. Necesito experimentar este placer.

Vuelvo a casa y me acuesto en un sofá. Me fumo un porro de maría y el colocón recobra potencia. Esta vez el placer es mayor y menor la relajación muscular pero… ¡por dios! ¡que placer! Tanto como antes dolor. Olas de energía me envuelven como una manta y circulan por mi cuerpo. Sin diques, sin bloqueos ni murallas contra la sensibilidad.



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