domingo, 28 de diciembre de 2008

Río de deseo (mas allá de mí)

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Quiero tener un hijo
No es para mí, todo lo contrario, absolutamente lo contrario.

Siento que todo me empuja, todo esto que estoy sintiendo y pensando. Todo esto que esta saliendo a través de mi me lleva.
Siento un río de millones de años, un mar de olas colosales levantándose en el último instante de equilibrio, justo antes de comenzar a caer para romper sobre mi pecho. Siento la fuerza de la eternidad que me empuja y que ya no puedo contener.

Me obliga la historia de millones de siglos unidos por el deseo. Me obliga la visión enigmática del espacio entre-dos de los que nacen los imposibles, inmenso enigma del infinito que vence mis espaldas de ser pensante.

La historia de todo lo sucedido y de lo que vendrá me dice, me hace dar cuenta, que sólo soy un paso, un minúsculo fragmento de una gigantesca materia que me compone y quiere continuar.
Más allá de mí.
Aunque toda mi mente se piense, aunque todos mis cálculos lo descarten, aunque mi razón se revele, se mofe, se indigne y se enoje, temerosa.

Quiero tener un hijo.
Lo quiero desde adentro, desde lo más profundo de mi extensa superficie, desde mis millones de perspectivas encontradas.

Esta vez, esta única vez, todo.
Todo junto. Todo unido.

Para vos.




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