domingo, 11 de mayo de 2008

Todos tienen Razón



“Todos tienen razón”. Dijo Wilhelm Reich.

“No!! NO PUEDE SER. No puede ser verdad!”

“Todo lo que hacemos lo demuestra, lo hace insoportable. La manera en que todo sucede”.

“Las cosas funcionan o no. Las naves vuelan o se caen”

“Hay UNA forma, UNA sustancia. UN elemento y diferentes visiones; y cada visión tiene su parte de verdad, pero razón superpuesta, indeterminación de lo real? No.”

“¿Existencias incomposibles, existencias no conmensurables? No.”

“Paralelas, transversales, opuestas o dialécticas… aún compartirían dimensión. Seria interiorizable bajo una unidad” “Puede ser..”

“Inalcanzable sí, pero no indeterminada. Ni inefable.”

Lo real, aquello que designamos como compartido desde todos los puntos y perspectivas soportables; se completa en el afuera.

Todos podemos tener razón con proposiciones contradictorias sobre el mismo objeto porque el objeto se completa en el afuera, las inferencias caen bajo la atracción de ese agujero negro, de ese centro in/gravitarorio de todas las causas y esencias

La locura y la falacia se aúnan y entrelazan con la verdad en una torsión de la frecuencia existencial de cualquier objeto. (¿materia o energía?)

Toda afirmación es cierta porque existe. Plena dimensión del pensamiento.

¿Pero la perspectiva no afirma un existente desde el cual se observa; en el cual uno se ubica?

Sí, pero la percepción es infinita y el entendimiento es limitado. ¿Donde está el átomo, que es una solidez, donde está el objeto?

Se cae, filtra infinitamente, siempre inaprensible, inefable.

Y ese allí, ese allí esta justo en el borde del silencio, la tenue inexistencia que afirma su presencia indubitable.

Aquello que debemos deshilar cuando pensamos.




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