domingo, 13 de enero de 2008

Miedo de mí o El próximo tirano

"El peor fascista es el que llevamos dentro" Michel Foucault



No estaré ideando formas para tomar el poder? No seré la nueva cara del déspota? No será ésta la próxima tiranía?

Como cuidarme de mi? Como confiar en las precauciones que tomo? En las objeciones que me interpongo?

Hacia donde llevan estas palabras que aún no escrito?

Esas ausencias: de que manera salen a luz, en esa especie de red de pura potencialidad? De qué se construye ese mundo de palabras aún no pensadas? Intangible pirámide de misterio. Puro poder magnético de tensión inefable, de desenlace imprevisible.

Hacia donde converge ese vórtice de infinito?

Hacia qué?

Los suelos de mi comprensión se deshacen donde estoy aquí, ahora, desde esta perspectiva lejana de este horizonte sin freno, llevado por la repulsión de un absurdo, de una maldad elevada.

El análisis infinito no se detiene, avanza mas allá de todo parámetro de movimiento, mas allá de cualquier constancia intuitiva, y se deshace constantemente en la posibilidad de contemplarse.

Vértigo tremendo de caer sobre lo aún no pensado, de visualizar esa tensión de nubes cargadas, ese aire de olor a lluvia.

Y si fuera al revés? Si esta conciencia que se interroga fuera el momento de acoplamiento entre nuestro cuerpo y esta red de discurso?

Si escribir estas palabras, si este estado de pregunta, fuera una mera contingencia? Si el sujeto no fuera el origen del discurso sino el resto entre el ser y la palabra? Reivindicando inútilmente posesiones de su misma ausencia?


No puede haber tiranía donde no halla quien la juzgue; donde no halla quien la sostenga en un juego especular de hipócritas rostros bondadosos, jalando el cuerpo muerto de su absoluta incertidumbre del brillo luminoso de un otro agradecido.

Sembrando el campo de su futura servidumbre. Su próximo verdugo.

Su próximo tirano.

4 comentarios:

Marxela Etchichury dijo...

Se sentirá el león también tirano cuando clava sus zarpas en un ciervo?
parece imposible escapar de uno mismo. Parece imposible escapar de este juego en el que ya nacimos siendo parte de las fichas.

Anónimo dijo...

"Dios mueve al jugador y éste a la pieza... Qué Dios detrás de Dios la trama empieza?"... así terminaba algo de Borges (cito de memoria)

Abrazos grandísimos

Javier H dijo...

la almohada siempre me dice que me cuide de mi mismo.
por eso la estoy por cambiar. ya me está dando un poco de miedo.



guillermo me paso tu blog y me gusto, espero seguir las lecturas "al pie de la letra"

un abrazo

Anónimo dijo...

Nunca podemos dejar de cuidarnos de nosotros mismos o retrocedemos.
Ser tiran@ siempre es una elección, es personal e independiente de la víctima.
El ser juzgados o no es irrelevante, el juicio no borra lo que es.
Llegar a pensar que la indefensión de la víctima justifica la tiranía es ser capaz de engañarse a si mismo con muy poco.