miércoles, 3 de diciembre de 2008
Infinita maquinaria de reloj
Cuando más penetras en el mundo del teonanáctl,
más cosas se ven
y miras nuestro pasado y nuestro futuro como una sola cosa
que ya se llevó a cabo, que ya sucedió.
Veo caballos robados
y ciudades enterradas cuya existencia es desconocida
y que están a punto de salir a la luz.
Veo y sé millones de cosas.
Conozco y veo a Dios;
un inmenso reloj que palpita,
esferas que giran alrededor y adentro de las estrellas,
la tierra,
el universo entero,
el día y la noche,
el llanto y la sonrisa, la felicidad y el dolor.
El que conoce hasta su fin el secreto del teonanáctl puede ver esa infinita maquinaria de reloj.
María Sabina
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