miércoles, 5 de noviembre de 2008

Psiconautica 9 Floripondio (Brugmansia arbórea var suaveloens)





FLORIPONDIO



Sustancia: Brugmansia arbórea. Var Suaveloens
Cantidad: Decocción de aproximadamente 12 flores
Julio de 1998




Esta fue mi primera experiencia con el Floripondio (Brugmansia Arbórea)
Era una noche de invierno en Córdoba (Argentina).
Estaba con unos amigos, uno de los cuales nos comentó que había un floripondio en el patio del vecino y sugirió tomar un té. Los 5 dijimos estar interesados y fuimos a recoger las flores.
La planta era gigantesca, con unos 5 metros de ancho, 4 de alto y repleta de bellísimas flores blancas.
Hicimos un preparado hirviendo unas 20 flores durante 2 horas aprox.

Lista la preparación, todos empezaron a echarse atrás y nadie se animaba a tomarlo.
A mi me parecía muy interesante y decidí probarlo sin saber exactamente que esperar de la experiencia.
Comencé a tomar el té y bebí ¾ de taza que equivalían a aproximadamente unas 10 o 12 flores. (Luego sabría que eran aproximadamente 3 o 4 dosis).
Cuando lo terminé mis compañeros decidieron irse a casa. Eran aproximadamente las 24hs.
En ese momento la sustancia comenzó a hacer su efecto. Los primeros síntomas consistían en un malestar similar al estado pre gripal. Un dolor o incomodidad en la piel, falta de fuerza y luego una extrema sequedad en la garganta que me hacía dificultoso tragar hasta mi propia saliva.
Me llevaron en auto hasta mi casa y me quedé solo buscando las llaves para entrar.


Paseo onírico por Barrio Jardín


La fachada de mi casa era irreconocible. Estaba tan estirada hacia los costados que no podía estar seguro que fuera efectivamente mi casa. Parecía tener 30 metros de ancho cuando en mi percepción habitual medía 5 o 6.
Convencido de la imposibilidad de saber si era o no mi casa (y ante la duda de entrar en la casa de otra persona), decidí dar un paseo por el barrio.
O eso me proponía hacer, dado que el barrio ya no era el mismo de siempre.
Debo decir que las formas de las casas, la calle, las veredas no habían cambiado tanto; eran más bien los nuevos vecinos que paseaban por la calle lo que se alejaba en mucho a una situación normal.
Seres de diferentes tamaños, formas, colores y consistencias deambulaban tal como yo en un paseo onírico por Barrio Jardín (El nombre “real” del barrio donde vivía y que recibe ese nombre por que todas las casas tienen jardines)
Seres principalmente compuestos de estas pelusillas blancas. Finos hilos que unían pequeños círculos o gotas de agua, con pequeñas antenas transparentes y suaves movimientos ondulantes.
Estos seres se hallaban por todas partes, en el suelo, en las rejas de las casas, en los árboles, colgando de los tendidos eléctricos y postes.
Yo los miraba fascinados. Los cogía con mis manos y estudiaba sus movimientos.
Mi sensación no era tanto la sorpresa de ver algo inédito como la de no haberme dado cuenta antes que ellos estaban allí, conviviendo con nosotros simultáneamente en mundos superpuestos.
Recuerdo vagamente pasar un tiempo observando su increíble variedad, maravillado de sus presencias. Era como haber abierto los ojos a algo que siempre estaba allí, estos seres que se superponían a nuestra realidad. Pequeños fantasmas intangibles.
Sumergido en este mundo infinito, atravesado por la sensación de viaje interdimensional, fui lentamente adentrándome en un campo de experiencia que mi memoria no puede integrar.
A partir de la 1 ½ hora o 2 de ingestión (2 am) solo tengo recuerdos esporádicos. Imágenes, flashes de memoria. Mirar fascinado estas existencias novedosas. Hablar y comunicarme con plantas. Enredaderas, árboles, flores.
Esta amnesia parcial abarca toda la noche. Los recuerdos que tengo consisten en capítulos separados de un viaje interdimensional. Con sus propios ambientes, temáticas y protagonistas, quizás el mas cambiante yo mismo. (¿yo? ¿mismo?).


Fragmento de Brugmansia: llave infinita de universos superpuestos

Nota al lector
El floripondio y la solanáceas en general (daturas, mandrágora, belladona, beleño, tabaco) son plantas con las que debemos tener especial precaución, la sobredosis mortal se halla peligrosamente cerca de la dosis media activa. Durante sus efectos podemos olvidar fácilmente que estamos colocados. Es muy recomendable tener un guía y compañero de viaje que nos cuide.
Ver en: www.erowid.org

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